lunes, 12 de abril de 2010

El Fracaso Escolar debido a los cambios constantes de las políticas educativas

ENTREVISTA SOBRE LA PROBLEMÁTICA DEL FRACASO ESCOLAR EN MÉXICO DEBIDO A LOS CAMBIOS DE POLITICAS EDUCACTIVAS DE UN SEXENIO A OTRO

Entrevistado: Mario Alberto Novelo García. ( VÍA INTERNET)
Entrevistador: Carmen Nelly Elizondo

1. ¿Qué es el fracaso escolar del sistema educativo mexicano para usted?
Lo concibo como el no haber contado, hasta la fecha, con resultados consistentes en las materias básicas como Español, Matemáticas y Ciencias, lo cual nos deja en un lugar comparativo muy deficiente con el resto de los países avanzados; también, el que haya una deserción en el grado de secundaria y aún más en Preparatoria, lo que significa un despilfarro de recursos y que tengamos un porcentaje de eficiencia terminal profesional inadecuado. Finalmente, el que se haya involucrado al Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en la definición y operación de las políticas públicas en educación.

2. En sus años de labor docente y como asesor académico de diversas instituciones educativas, ¿ha notado una falta de continuidad en las políticas educativas en México?
Se han presentado diferentes programas y reformas en todos los niveles que respondieron más a una necesidad política del momento, mas bien que a políticas de diseño programático sustentadas en la realidad educativa regional. Habría que recordar que hay muchos Méxicos.

3. ¿Cree usted que la fata de continuidad de las políticas educativas de un sexenio a otro sea un factor que contribuya a el fracaso escolar del sistema educativo mexicano?, ¿por qué?
Puede ser uno de los factores –la falta de seguimiento- ya que la parte más importante de todo programa, sin duda, es la evaluación del mismo, y en este punto, hasta hace muy pocos años, la única información que teníamos -sobre el sistema educativo mexicano- eran algunas estadísticas que se manejaban en los altos niveles de la burocracia nacional. Una información más clara, que nos dice cómo andamos en lo interno, ha sido la publicación de las pruebas Enlace, un muy buen esfuerzo de información y transparencia institucional. El problema ahora es que el SNTE quiere apropiarse de estos resultados para obtener, lo cual ha conseguido del gobierno federal, partidas de dinero para repartirlas entre los maestros posicionados en los mejores lugares, y ¿Si los mejores lugares son de escuelas privadas?

4. ¿Piensa usted que, de haber una continuidad en las políticas de educación, se vería beneficiado el sistema educativo de México?
Hace falta continuidad pero también mucha investigación, por ejemplo, hasta hace muy poco tiempo, dos o tres años, se empiezan a manejar las teorías de las inteligencias múltiples de Gardner, o las del desarrollo cognitivo de Bloom, aunque falta mucho todavía para arribar a las teorías de la inteligencia emocional de Coleman, teorías que son de amplia aplicación en los sistemas educativos en los Estados Unidos y Europa, en todos los niveles. Todos los libros de texto en inglés que se usan en México contienen los elementos de estas teorías, desde hace más de veinte años. Esta investigación educativa, y sobre todo un mejor manejo de la estadística son asignaturas pendientes en la educación en México.

5. Desde su punto de vista ¿cuál sería la política educativa que más ha beneficiado al sistema educativo mexicano?
Después de haber experimentado con casi todas las reformas que se han dado en México, incluso la última o RIES, Reforma Integral para la Educación Secundaria, no he visto todavía una política educativa que haya beneficiado sustancialmente a los alumnos, principal producto de la educación nacional; hay logros regionales, e incluso particulares, porque seguimos siendo un país de “estrellitas”, no sabemos trabajar en equipo, de ahí que los resultados país sean tan atrasados. Si le pregunta a cualquier maestro le dirá lo mismo.

6. ¿Qué recomendación daría para mejorar el sistema educativo mexicano, si usted fuera asesor educativo del gobierno federal?
1º. Evaluar periódica y sistemáticamente a los maestros. No podemos estar enseñando contenidos de hace veinticinco años, con metodologías de treinta.
2º. Dedicar un porcentaje real del PIB a educación, no a las nóminas burocráticas; es decir, a realizar capacitaciones, seminarios, adecuación de espacios, equipamiento, etc. Este porcentaje debería estar sustentado en parte por el impuesto predial.
3º. Que el aumento salarial se otorgue en función del resultado de las evaluaciones docentes, donde se mida, cuando menos, el área de dominio en la práctica docente, el manejo de la papelería como entrega de exámenes ad-hoc al desarrollo cognitivo (habría que capacitarlos primero), el seguimiento a los problemas del desarrollo individual de sus alumnos, la relación de unidad e integración a los estándares de valores de la institución y sus cursos de capacitación docente.
4º. Un verdadero esfuerzo de integración nacional reconociendo las diferentes realidades del país, integrando a las comunidades indígenas, a los alumnos impactados por el fenómeno migratorio; detectando las necesidades educativas a nivel municipal para partir de esa realidad.
5º. El diseño de un “Sistema para el Aseguramiento de la Calidad Educativa” que otorgue certificaciones sobre:
a) La calidad de los maestros
b) Los resultados obtenidos, que sean progresivos en un esfuerzo de mejora continua
c) La certificación de los centros educativos, públicos y privados, por el seguimiento a las políticas educativas de su jurisdicción y entorno social
d) Estímulos para instituciones, docentes y alumnos en becas para estudios en el siguiente nivel, o para la mejora de sus instalaciones
e) Un manejo transparente de los fondos educativos, porque están etiquetados –es decir, para manejo exclusivo hacia ciertos renglones presupuestales-
f) Un estudio serio y profesional de las realidades regionales, que soporten el diseño de los programas educativos, lo que nos llevaría a establecer diferentes tipos de pruebas Enlace –y no como ahora, que la misma prueba se aplica a diferentes realidades país-.
g) Que los estímulos a docentes se otorguen por la calificación que de ellos den los paterfamilias y los alumnos –en cierto porcentaje-, y no los mismos maestros, o los directores, inspectores o la SEP. Es decir, que la certificación para el otorgamiento de estímulos se dé por una entidad certificadora privada y ajena a la parte laboral, tanto SEP como SNTE, es decir, que sea ciudadana –remember IFE-.

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